Rincón de las maravillas
Cuidado con el autoengaño
viernes, agosto 14, 2020

Dice un relato que un chica le ofreció a su hermano una manzana en un plato que contenía dos; una enorme y una pequeña. El muchacho tomó la grande, por lo cual su hermana lo reprendió por su egoísmo.

Después de escucharla por el lapso de tiempo que la mayoría de los chicos escuchan los regaños de sus hermanas, le preguntó: «Si yo te hubiera ofrecido elegir entre la manzana grande y la pequeña, ¿cuál habrías elegido tú?»

Chica: «Habría elegido la pequeña».

Chico: «Pues ahí la tienes. ¿De qué te quejas?»

Tanto el chico como la chica estaban siendo egoístas. La diferencia entre los dos era que la chica ocultó su egoísmo detrás de una norma social, y el chico ignoró esa norma.

Los dos querían la manzana grande.

La chica trató de conseguirla usando un sencillo truco social. El chico, por no tener la sagacidad de captar el truco, ignoró la convención y tomó la manzana grande.

¿Cuál de las dos conductas es la mejor?

El chico despierta antipatía en los demás por su abrupta forma de conseguir lo que quiere, pero no es tan probable que se engañe a sí mismo sobre su desinterés. En cierto modo, reconoce que es egoísta.

Es más probable que la chica se tome más en serio su supuesta generosidad y piense que es más noble de lo que es. Como el autoengaño es peligroso, la chica estaría en la posición más vulnerable.

Dios se deleita cuando la verdad reina en lo más íntimo de nuestro ser1, porque Él sabe que Su verdad nos hará verdaderamente libres2. Él bendice a los que no albergan engaño en su espíritu3.


Notas a pie de página:

1 V. Salmo 51:6.

2 V. Juan 8:32.

3 V. Salmo 32:2.

Este artículo es una adaptación de Keeping a Sound Mind. Macmillan Co., 1947.
Texto: John J. B. Morgan. Ilustración y diseño: Jeremy.
Publicado por Rincón de las maravillas. © La Familia Internacional, 2020.
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Etiquetas: integridad, verdad