Rincón de las maravillas
Restaurado
viernes, julio 17, 2020

Si alguna vez has sentido culpa, remordimiento o condenación por algo, recuerda que Jesús te ama incondicionalmente, sea cual sea tu situación. La fuente de tus sentimientos negativos puede ser algo que hiciste o que dejaste de hacer. Tal vez se trate de algo que esté relacionado con decisiones que, con la ventaja de la percepción retrospectiva, ahora te parecen equivocadas.

Sea lo que sea, el amor de Jesús por ti es igual de grande que el amor que tiene por todos Sus hijos. Él quiere que recojas lo bueno de cada situación y que en consecuencia tengas más sabiduría. No hay una persona en la Tierra que en algunos momentos no haya tenido motivos para sentir el peso de sus errores y pecados, sin embargo Dios es lo bastante poderoso como para aprovechar incluso esas cosas para tu bien.

Puedes dejar tus cargas y permitir que Jesús te rodee con Sus brazos. Esta vida no consiste en que intentes hacer todo a la perfección y que Jesús te castigue por lo que no sea perfecto. Esta vida es el regalo de Dios para ti. Es un tiempo para que tengas experiencias, que madures y que aprendas bajo Su guía amorosa y Su cuidado.

El apóstol Pablo escribió que «ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús; y porque ustedes pertenecen a Él, el poder del Espíritu que da vida los ha libertado del poder del pecado»1. Podemos tomar la decisión de «olvidarnos de lo que queda atrás y esperar con ganas lo que está adelante»2.

¿Por qué deberías permitir que la culpa y la condenación dominen tu corazón y mente cuando Dios quiere que mejores y aprendas de tus errores, equivocaciones y fracasos? Cuando te reprochas y te denuncias a ti mismo, derribas lo que Dios construye en tu vida.

Se podría comparar a una edificación que lleva muchas décadas de existencia. Es posible que parezca desgastada, y que tal vez haga falta cambiar algunas partes. Sin embargo, el experto restaurador ve más allá de lo superficial, ve los cimientos y la estructura del edificio.

Al igual que esos edificios, Jesús ve el verdadero valor en ti. Sabe de qué te ha hecho, que eres sólido y que vale la pena que seas preservado. El enemigo de tu alma quiere declarar que eres un edificio en ruina, sin valor y que mereces la bola de demolición. Quiere convencerte para que lo dejes echar abajo lo bueno por medio de la culpa y la condenación por tus imperfecciones. Lo hace porque así espera triturar la belleza y el núcleo sólido que Jesús te ha ayudado a construir.

Jesús es el mejor experto en restauración. Ve los cimientos sólidos de la fe y la compasión, misericordia, convicción y el carácter adquirido por medio de la experiencia y nuestro camino espiritual con el Señor.

Es posible que periódicamente saque cosas que hace falta cambiar, pero procura conservar y restaurar las cualidades irremplazables que Él diseñó en ti, dejar al descubierto los puntos fuertes y la belleza.

Con el amor de Dios, todo es posible, si pones tu voluntad del lado de Dios. Hace falta humildad, confianza, mucha perseverancia y determinación, pero puedes negarte a morar en la prisión de la culpa, la condenación y el desaliento. En cambio, ¡puedes alabar al Señor por la victoria que Jesús ha ganado para ti! Puedes regocijarte porque te espera un brillante porvenir. Es posible que te sientas una persona destrozada, que no hay reparación para ti. Sin embargo, Jesús toma cada trozo y te transforma en una vasija útil, hermosa, para Su gloria.


1 Romanos 8:1-2 (NTV)

2 Filipenses 3:13-14

Este artículo es un extracto de «Remontar el vuelo». Rincón de los Directores, 29 de septiembre de 2018.
Texto: María Fontaine. Ilustración y diseño: Roy Evans.
Publicado por Rincón de las maravillas. © La Familia Internacional, 2020.
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Etiquetas: relación con el señor, perdón, instrucción espiritual