Rincón de las maravillas
Quiten los carteles de «No molestar»
viernes, septiembre 18, 2020

Un mensaje de Jesús

Jesús: ¿Cómo estás, Rosa?

Rosa: Este... bien, supongo. Qué bueno que estés aquí, Jesús.

Rosa: Porque, en realidad, no me va muy bien que digamos.

Rosa: Me refiero a mis actitudes recientes. Ya sabes a lo que me refiero, ¿no?

Jesús: Lamento escuchar que no te has sentido bien últimamente. En lo que pueda, me gustaría ayudarte.

Jesús: Las actitudes erróneas y las ideas inadecuadas suelen acumularse lentamente, de forma que no siempre te das cuenta de que estás transigiendo en algún aspecto de tu vida.

Rosa piensa: ...Sé que mamá y papá no quieren que use este chat, pero voy a mirarlo rapidito...

Jesús: Al principio te dejas llevar un poco, porque crees que lo puedes controlar y eres capaz de volver a hacer lo que debes cuando quieras, pero sigue siendo una transigencia.

Jesús: Las transigencias menores, en particular las que se consideran aceptables y se hacen con frecuencia, a la larga aumentan y te alejan aún más de lo que sabes que debes hacer y de lo que mi Palabra te dice que es lo correcto.

Jesús: No te corresponde a ti decidir si es algo menor o no; una mínima actitud mala o una idea levemente errónea, que supuestamente no será perjudicial ni dañará tu espíritu.

Rosa piensa: No entiendo por qué mis padres exageran tanto el asunto.

Jesús: Porque esa pequeñez que decides permitirte, ese asunto insignificante que crees que es menor y el hecho de que ignoras la advertencia de los demás, podría ser el punto de partida de algo mayor que se apodera de tu corazón y mente y dejas de prestar atención a Mi voz en tu corazón.

Rosa piensa: Probablemente no saben de lo que están hablando...

Jesús: Te puede hacer daño cerrarte a Mí y a los que te pueden orientar y ayudar en algún aspecto de tu vida.

Jesús: Cuando circulo por la morada de tu vida y veo el cartel de «no molestar» en algunas puertas que no quieres que abra, me da un indicio de que algo anda mal y de que estás cometiendo un error (o muchos errores).

Jesús: Una vida espiritual saludable me recibe con brazos abiertos. Quiero ingresar en la morada de tu espíritu y ver todas las puertas, cada rincón de tu vida, abiertos a Mis mejoras y ajustes.

Jesús: No quiere decir que cada aposento de tu vida debe ser perfecto. Algunos cuartos incluso estarán desordenados de vez en cuando, o algunas habitaciones necesitarán mejoras y reparaciones. No tiene nada de malo porque me pedirás ayuda, y Yo te la daré.

Pero si cierras la puerta de ciertos aspectos de tu vida en los que te niegas a permitirme a Mí y a otros que te ayudemos, o prefieres tu opinión en lugar de la Mía, y pones tu letrero de «no molestar», entonces no te puedo ayudar.

Al poco tiempo colgarás el cartel de «no molestar» en todos lados, y el espacio de tu corazón en el que me permitirás entrar será cada vez más reducido. Si prolongas esa actitud, no me darás acceso a ningún aspecto de tu vida. Y entonces, Mi habilidad para ayudarte es limitada.

Cuando tu corazón y tu espíritu están abiertos a Mí, puedo orientar y dirigir tu vida. Pero me tienes que dar lugar, escuchar Mis consejos y los de las personas que te pueden ayudar, y tomar buenas decisiones.

Jesús: Todo el mundo falla y comete errores. Lo que importa es que aunque te caigas una vez, dos, o cientos de veces, te levantes y vuelvas a intentarlo. Tomarás malas decisiones, caerás en tentaciones porque eres humana.

Rosa piensa: Tal vez puedo mirar lo que están chateando mis amigos antes de hacer la tarea.

Rosa piensa: Rapidito... solo cinco minutos...

Jesús: Las veces que tropieces no es el factor determinante, sino la rapidez con la que decides volver a encaminarte y hacer lo que debes.

Rosa piensa: ¡No! Prometí que no volvería a mirar ese sitio. Voy a cumplir mi palabra.

Si te caes y te levantas enseguida, no te habrás descarriado demasiado, y puedes seguir casi sin interrupciones por el camino que te lleve a mayores triunfos y la reprogramación de tu mente y de tus hábitos.

Rosa: Ayúdame a dejar esta mala costumbre, Jesús.

Rosa: Jesús, ayúdame a cumplir mi promesa y a dejar de hacerlo. Invoco el versículo de la Biblia: «Todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!»1

Rosa: ¿Estás dejando las habitaciones de tu corazón abiertas para Jesús?


Nota a pie de página:

1 2 Corintios 5:17 (NTV)

Adaptado por Andrea Gianni, basado en los escritos de LFI. Ilustración: Jeremy. Diseño: Roy Evans.
Publicado por Rincón de las maravillas. © La Familia International, 2020.
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Etiquetas: superación, cambio