He creado muchas cosas placenteras para que las disfrutes, y me encanta dártelas.

Pero, ¿qué pasaría si perdieras ese juguete que tanto te gusta, o se manchara tu vestido predilecto, o no pudieras jugar a tu deporte preferido por varios meses? ¿Qué pasaría?

Si tu felicidad depende de esas cosas, fácilmente perderás la alegría.

Sin embargo, cuando las cosas salen mal, siempre puedes acudir a Mí para que mejore la situación. Yo puedo darte paz, gozo y ánimo.

Te daré algo especial, un gozo perdurable que va más allá de las circunstancias de la vida. Ese gozo nace de mantener una estrecha relación conmigo.

Ahora, detente por unos instantes y piensa en todas las personas que aún no me conocen.

En este mundo, existen muchas personas que ignoran el secreto de una vida dichosa: disfrutar de una relación íntima y amorosa conmigo. Y precisan que alguien se lo explique.

Ya sean ricos o pobres, si no me conocen, nunca alcanzarán plena satisfacción ni alegría duradera.

No podrán disfrutar de un gozo perdurable, porque cuando surgen problemas, no saben que pueden recurrir a Mí y a Mi Palabra en busca de ayuda.

Sean cuales sean sus circunstancias, deseo formar parte de sus vidas para ayudarles y cuidarlos.

Cuando me abren las puertas de su vida, puedo cuidarlos mucho mejor. Y estarán más deseosos de que los guíe.

Cuando oren, les podré guiar a tomar las decisiones más acertadas, decisiones llenas de fe que les proporcionarán una vida mejor.

Los amo y puedo darles fe; aunque algo salga mal, puedo resolver la situación.

Por eso pedí a Mis seguidores que hablen de Mí con todo el mundo. ¡Necesito que les demuestren a los demás cuánto los quiero y cuánto deseo cuidarlos bien!

¡Cuando lo hacen, me siento muy dichoso!